Caí en un reloj que nunca había nacido,
donde el tiempo es un pájaro que se olvida de volar,
y el silencio cruje como un vidrio roto en la boca del viento.
Las palabras naufragan en mares sin nombre,
las vocales se enredan en nudos de fuego,
y la noche se viste con las cenizas de la voz.
¡Quién sopla el eco que no existe!
¡Quién pinta las sombras del aire!
Las estrellas giran sin rumbo en los labios de un dios extraviado.
Caigo, caigo, caigo,
mi paracaídas es una lágrima que nunca tocó el suelo,
mi alfabeto es un grito que aún no ha despertado.
Letras oscuras
NSONO
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