jueves, 22 de mayo de 2025

Caminos que se cruzan, raíces que se abrazan

Keren

El rincón de Keren comenzó haciendo resúmenes de artículos, una idea cambió el rumbo del blog con un relato, desde entonces y retomando aquellos tiempos en los que disfrutaba de la lectura, comencé a escribir relatos cortos. Más tarde comencé a colaborar con MCDMX ( Masticadores de México) cómo relatadora, colaboré con plataforma cero como columnista "LAS LECTURAS DE KEREN" , También cómo editora en MCDMX gane premios por mi blog , cómo puede ser premio a la mejor entrada del mes , premio a mejor relato ( cultura bubi) , y muchos más, otro cambio llegó y ese fue la dedicación a las reseñas literarias que comenzaron siendo españolas y finalmente africanas y afrodescendientes. Desde no hace mucho colaboro con dos personas afrodescendientes, y en este momento trabajando en un borrador. Ya publiqué, pasajes de una vida, la quimera de Abigail y la magia que hay en mí Ancestras y la 2° parte, más personal. 

El rincón de Keren es un lugar comprometido con la educación, antirracismo, salud y mucho más desde las emociones que albergan a la población negra. Por eso , después de 10 años escribiendo voy un paso más allá.

Caminos que se cruzan, raíces que se abrazan

En el corazón del Golfo de Guinea, la isla de Bioko y el continente africano comparten más que tierra y mar: comparten historia, sangre y sueños. Durante generaciones, los pueblos fang y bubi han convivido bajo un mismo cielo, y aunque la historia ha conocido momentos de tensión, también ha sido testigo de gestos de solidaridad, de encuentros profundos y de una hermandad que, aunque a veces dormida, sigue viva.

Hablar de fang y bubi no es hablar de enemigos, sino de hermanos con heridas. Heridas abiertas por el colonialismo, por las luchas de poder, por el miedo al otro. Pero también hablar de fang y bubi es hablar de lenguas que resisten, de costumbres que perduran, de madres que cantan nanas parecidas a sus hijos, aunque en diferentes idiomas.

Es hora de preguntarnos: ¿qué nos une más que lo que nos separa? ¿No será que los relatos heredados, muchas veces distorsionados, han levantado muros donde podrían crecer puentes?

La hermandad no se impone; se construye. Y se construye desde el reconocimiento mutuo, desde el respeto profundo a la cultura del otro, desde el compromiso colectivo por una Guinea Ecuatorial que no le pertenezca a un solo grupo, sino a todos. Una Guinea donde ser fang no excluya ser solidario con un hermano bubi, y viceversa. Donde la diversidad no sea un obstáculo, sino la mayor riqueza.

Hay jóvenes que ya están rompiendo estos esquemas, tejiendo amistades más allá de los apellidos, mezclando ritmos, compartiendo luchas sociales. Hay sabios que recuerdan los tiempos en que las comunidades intercambiaban productos, saberes y ceremonias. Esa memoria ancestral debe guiarnos.

La verdadera liberación de un pueblo ocurre cuando sus hijos se reconocen como parte de un mismo árbol, aunque sean ramas diferentes. Fang y bubi: dos nombres, una tierra, un destino. Que la historia no se repita con sus sombras, sino con sus luces. Que el futuro se escriba con las manos entrelazadas, no con los puños cerrados.

Solo así seremos verdaderamente libres. Solo así seremos, de verdad, hermanos.

1 comentario:

  1. Sin duda alguna un relato que demuestra que el futuro es la cicatriz del pasado, una cicatriz en paz pero que recuerda la herida de un pasado, pero un recuerdo ya en paz. Muy bien, me encata.😊 Arturo DB

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