Bajo cielos de fuego y oro,
donde el mar canta su eterno canto,
Corisco despierta en su lecho azul,
bailando al ritmo del suave encanto.
Sus arenas susurran historias,
teñidas de sol y de espuma ardiente,
donde la brisa lleva secretos,
y la luna besa su piel silente.
Manglares de sombras y vida,
tejidos en verde misterio eterno,
refugio de aves que gritan al alba,
y ecos de tiempos que duermen sin invierno.
Oh, isla de mares profundos,
templo de sal y de luz errante,
Corisco, reina de aguas y sueños,
hermosa, inmortal, siempre vibrante.
nsuemia@gmail.com
Luis NSUE MIA
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