miércoles, 30 de abril de 2025

Diálogo interior

 “El hambre no entiende de elección,

La calle no pregunta por tu destino,

Solo toma… toma lo que queda.  

¿Pero qué queda cuando el mundo no ve?”

“El sol se pone, pero nunca para mí,

Su calor se esconde tras los muros.

Un hambre que no solo es del estómago,

Es del alma, es de ser algo más…


Me llamaron ladrón cuando robé pan,

Pero ¿quién roba cuando me quitan el mañana?  

Las risas en casa se apagan con el tiempo,

Los sueños, esos, se ahogan en el silencio.


Veo la calle como un camino 

y como un castillo embrujado.

Un refugio y una trampa, 

un lugar en el que existo; pero dime, 

¿qué hago si todo lo que toco se rompe?  

¿Si mis manos tiemblan 

y mis pies no encuentran norte?


No elegí esta pelea, 

pero la peleo a diario.

No nací como sombra, 

pero la luz me esquiva.

Y aunque la sociedad escriba 

mi destino en tinta oscura,

yo guardo un lápiz, por si acaso 

puedo rehacer la escritura.”

martes, 29 de abril de 2025

Las hazañas de Nzé Medang.

En los albores de un reino silente,  

Nze Medang se alzó, entre miedos y fauces.  

Guardaba en su pecho un juramento antiguo,  

de salvar a su pueblo de sombras y abismos.  


El río Ngola le susurró secretos,  

las aguas traían premoniciones inquietas:  

un poder oscuro acechaba las tierras,  

y él debía enfrentarlo, solo, en la niebla.  


Con el escudo y espada a mano,  

cortó las cuerdas que amarran las almas.  

Convocó espíritus de la selva eterna,  

y caminó entre mundos, ni vivo ni en pena.  


En un claro olvidado, do los árboles murmuran,  

halló la bestia, hija de la noche oscura.  

Con ojos vacíos y garras de fuego,  

exigía tributo, sembrando desespero.  


Nze Medang, de pie, desafió el destino,  

su voz como trueno, su espíritu divino.  

El combate rugió entre sombras y estrellas,  

hasta que la bestia cayó, vencida y sin huellas.  


Pero su victoria trajo un precio amargo,  

marcó su alma con un sello encantado.  

Desde aquel día, en noches sin luna,  

su espíritu vaga, buscando fortuna.  


Cantan los trovadores sobre su gloria y pesar,  

sobre su lucha eterna, el héroe sin hogar.  

En los ecos del pueblo, aún vive su hazaña,  

Nze Medang, el guardián de la montaña.



Luis NSUE MIA.

Bata 29 de abril 2025

miércoles, 16 de abril de 2025

Aquel hombre.

 Con palabras ardientes,

había atravesado corazones 

que aquel gladiador su espada. 

Con honor, gloria y sacrificio,

supo valorar lo ganado, lo perdido; 

ahí do anduvo, conquistó almas 

en toneladas que las fechas 

de un batallón la forjada urbe.

Respetar y admirar al adversario, 

vencer y saber rendir 

para combatir mañana, 

este fue su lema audaz.

Dar el primer paso,

predicar, siempre, con ejemplos 

hicieron de él aquel hombre respetado  

entre camaradas y adversarios.

Hoy, en su descanso bajo tierra 

y quizás por gusanos devorados,

sus pasos siguen guiando a quienes 

en la contienda buscan su consejo.

Aquellos que en el susurro

 del silencio, su voz les otorga asilo.

martes, 15 de abril de 2025

La tierra que traga vivos.

Hay un lugar donde el llanto 

no encuentra descanso,

donde las lágrimas se evaporan antes

 de tocar el suelo

y el polvo cubre los nombres

como si jamás hubiesen nacido.


Una tierra extendida 

como un cuerpo enfermo,

con cicatrices tan hondas que ni el tiempo

 se atreve a mirarlas.

Una tierra cansada de enterrar vivos,

de parir hijos para el hambre,

de ver cómo la esperanza se vuelve hueso.


Aquí, el pan es un mito,

la sed no termina con agua

y la infancia muere sin haber jugado.

Las madres callan,

con la boca llena de ausencias

y los pechos secos como la tierra que pisan.


Nadie pregunta por los hombres.

Han sido tragados por los días,

convertidos en sombra

o en furia mal contenida.

Ya no construyen,

ya no creen,

ya no esperan.


Las ciudades se levantan 

como ruinas nuevas,

decoradas con pancartas 

que prometen un mañana

que nunca llega,

porque el mañana aquí se vendió

junto con la tierra,

el cobre,

la carne.


Y el poder...

el poder ríe.

Ríe en oficinas selladas,

en idiomas prestados,

con manos que nunca tocaron la miseria

y estómagos que no conocen el vacío.


Los discursos se repiten

como letanías cínicas

mientras en las aldeas se reza

para que la muerte al menos sea rápida.


No hay escuelas,

solo paredes que han olvidado 

el eco de la voz humana.

No hay hospitales,

solo habitaciones donde la muerte espera

sentada en una silla rota.


No hay fe.

No hay piedad.

No hay tregua.


Solo polvo,

solo hambre,

solo un sol impasible

que calienta la desgracia

como quien alimenta a su mascota.


Y allá afuera,

el mundo mira desde lejos,

con sus banderas limpias 

y sus culpas lavadas,

cerrando tratados sobre cuerpos,

negociando con nombres 

que no saben pronunciar.


Aquí no queda nada.

Ni rabia,

ni lágrimas,

ni palabras.


Solo el crujir de una tierra 

que traga vivos

y los ojos abiertos de los que 

ya no tienen nada que perder.




La Tierra que Traga Vivos

_(version demo)_

_Sir Manoiká_

domingo, 13 de abril de 2025

Recorrí aquellos senderos

 

Recorrí, entonces, aquellos senderos 

para cobijar (en mi alma destrozada)

fantasmas que en mi demencia

apaciguan al más tenido demonio. 

En mi ser guardo bajo llave al genio, 

al moribundo y al pobre borracho

que ayer rescaté entre copas de vino,

milagro celestial convertido en sangre 

de aquel que pereció por causa nuestra. 


No soy diferente a ti, mi gran camarada;

Como cualquiera siento amor, hambre 

y en ocasiones solté carcajadas,

para no llorar, bajo un intenso sol 

mientras anduve en los senderos 

de la ciudad que me vio crecer.

Más allá de los golpes y bofetadas 

de aquel maestro de primaria 

en su intento de controlar su fracaso,

se encuentra mi infancia borrosa.


Con los lustros he conocido un nuevo 

camino para saldar mi más pesado pecado.

Y aún con la vista todavía en lo más oscuro 

pasado, sigo dibujando negras mariposas 

en las lapidas de aquellos que ví perecer.

Ahora cobijo entre enfermos y moribundos, 

no por placer, no por amor ni por obligación.

Me siento uno más, un alma patológica...

Soy, yo, otro moribundos, otro enfermo,

otro pensamiento equivoco en la mente 

inquieta del abominado de turno...



@nsuemia

Letras oscuras.

Donde el polvo piensa.

Donde el polvo piensa: la dignidad y la memoria africana desde una visión del yo que es nosotros. Por Luis Nsue NSUE MIA                 Hay...