domingo, 22 de diciembre de 2024

Sinfonía de la muerte (fragmentos)

 Alisa el viento fatigado la calle

clamando en la maestra mano

el temido soldado de la muerte

cuando en la niebla la luz se desdobla.

Gritos a favor, gritos en contra,

ruinas sepultan en el silencio dulce

cuando tintinea el generoso

pájaro del benedictus negro.

                       ***

Volverá la muerte a su trinchera

y el antro que ayer fue su refugio

entre sangre y desesperación,

grabará su nombre sobre el rostro

de los abatidos; y cuando al final

 la susodicha sobrevenga

treguas al ejercito facturará robustas

porque del silencio huye la vida

que a otros fue negada por blasfemia.

Hombres de la guerra nos lo enseñan:

si su vida alcanza a entregar tanto,

como el bello diablo en sus jardines, vagabundo

andará su nombre en los confines de la Tierra.

                             ***

En un gesto futuro yace oculta la guerra

suspendida atrás por los ancestros

porque en sus palacios hoy deambula desterrado

el sueño paralítico de aquellos

que a un cínico satánico obedecen.

«Uniforme» llaman lo que llevan estos hombres,

sacos que caminan cabizbajos por jardines

de lo oculto, mudos y propensos a la muerte

que el bastón de fuego en una copa les ofrece

a los que se postran a su encuentro.

Luz para aquellos que siembran su vida en la causa

como al marinero menos mares tormentosos

porque al soldado el fuego ya le espera

vestidos de claveles en su pecho los disparos.

Sus pezuñas lava el estratega de la muerte.

                               ***

Soy del Engong hijo nato, feroz guerrero,

y vadeo las fosas con el paso retorcido

mientras la pistola el joven coge, atrevido,

para combatir por una causa

a la que su vida entregará como un obsequio.

Ya las armas suenan a silencio por el muerto,

llora la estación sobre su tumba bajo el bosque,

su espíritu rebelde no descansa: vive preso

de la patria a la que dio su cuerpo

para engordar el vientre siempre hambriento

de la noche.

                               ***

Se aproxima el blanco. Bailan los muertos.

En los mares canta la belleza y las mujeres

de las aguas plata y azul negro hermosas brotan,

creaturas luminosas de las profundidades.

No las llaman ya los marineros.

Tienen apetito de otros hombres.

Vienen a por esos que en el nombre de la causa

 vendieron a la muerte sus espíritus.

Deja que se queje el combatiente mientras vive,

que el muerto bien bailado tiene el canto.

Suelta el impermeable al campo abierto,

pisa entre la arena de la muerte siempreviva

porque la sinfonía que hoy escuchas, sorda

volverá mañana a tus oídos para ahorrarse

alzarse a la victoria en la batalla si esta acude

mojada en llanto propio a nuestra danza.



                                     @nsuemia.

                                      Soldado de la muerte.

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