Hora
tras hora en clases de mala muerte,
profesores que hablan de sus vidas
En
vez de impartir la lengua o matemáticas.
Cuadernos
con las hojas arrancadas,
esparcidas
en toda aula.
Libros
con textos obsoletos inmunes
al
tiempo transcurrido.
Chicos
que desconocen su futuro
Cautivos
en un completo engaño.
Mentes
pensantes con un solo propósito,
Ser
exactamente como quieren.
Perros
amaestrados para un amo
Codicioso
en este mundo quebrantado.
Así
pasa un día y otro y otro
y
el tiempo se hace indefinido.
Un
diez, un cero ¿qué más da?
Todas
son notas para alumno.
Al
sistema no le importa
No
le importa que aprendan,
El
único objetivo
Es
mantenerles en la ignorancia,
Tenerles
cautivos en la inopia,
hacerles
creer que no sirven para nada,
Que
todo cuanto poseen
ha
sido gracias al sistema.
No
hay sustitutos…
Solo
chicos amaestrados en aulas de clase.
He
pasado tiempo observando el proceso.
He
dejado que me eduquen
Para
educarles a ellos luego
utilizando
los mismos métodos
Con
los que me educaron.
En
este juego no hay reglas,
Solo
tienes que aprender la jugada
y
atacar en el tiempo inesperado.
Sé
que el tiempo se hace largo
Y
arduo es escuchar a profesores borrachos,
gente
con diarrea verbal,
pervertidos
que venden notas
a
cambio de deseos carnales.
Algo
falla…
Y
cuando ocurra lo sucedido tambalea el futuro,
Chicos
de palidez aspecto se bautizan
Convirtiéndose
en hombres, amos de sus barrios.
Y
aquí me encuentro en la sombra
de
la desgracia presenciando el delito.
Me
han llamado tantos nombres
Que
ni recuerdo ya cómo me llamo.
A
veces actuó como el verdugo,
A
veces actuó como el mensajero
para
anunciar la desgracia cuando esta se avecina.
Es
la noche más triste conocida,
El
odio flota en ella con miseria
llenando las guaridas de esta calle
con
sombras que quebrantan la ley.
Oigo
voces, jueces dictando sentencias,
Junto
a delincuentes en bares de mala muerte.
Luis NSUE MIA
31 de Agosto 2020
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