La ignorancia inducida por los medios: una epistemología de la distracción
Por: Luis NSUE MIA
Introducción
La ignorancia no siempre es ausencia de saber; a veces, es su simulacro. En una era marcada por el exceso de datos, lo que escasea es el sentido. Los medios de comunicación modernos (digitales, audiovisuales, virales) han erigido una arquitectura informativa que no busca esclarecer, sino distraer. Lo que antes era la plaza pública para el pensamiento, hoy se convierte en un teatro de sombras donde lo visible oculta lo verdadero.
La ilusión del saber: entre el ruido y la apariencia
Siguiendo la línea de Nietzsche, el conocimiento superficial puede ser más peligroso que la ignorancia total. Los medios cultivan una ilusión de saber al ofrecer respuestas rápidas, titulares seductores y verdades empaquetadas. ¿Qué ocurre cuando el individuo ya no distingue entre información y sabiduría, entre datos y comprensión? Se produce lo que podríamos llamar una ignorancia sofisticada: aquella que cita sin pensar, opina sin reflexionar.
Poder y saber: Foucault en el espejo mediático
El filósofo Michel Foucault entendió que el saber es inseparable del poder. Así, los medios no sólo informan: disciplinan, controlan, normalizan. Las narrativas que se repiten no son neutrales; configuran subjetividades, establecen jerarquías, invisibilizan disidencias. La ignorancia inducida no es accidente, sino instrumento. Como en una clínica sin pacientes, el diagnóstico se hace desde el lenguaje, no desde la experiencia.
Pensamiento africano y resistencia epistémica
Frente a esta maquinaria simbólica, las filosofías africanas como el Ubuntu o la negritud proponen una comprensión del saber como vínculo, como memoria compartida. En lugar de consumir información fragmentada, estas corrientes invitan a narrar la realidad desde el nosotros, desde lo ancestral y lo comunitario. En este sentido, resistir la ignorancia inducida no implica aislarse del mundo, sino reescribirlo desde otros marcos epistémicos.
La conciencia como despertar: hacia una gnosis liberadora
La ignorancia mediática puede adormecer el pensamiento, pero nunca extinguirlo. El ser humano conserva, incluso bajo la saturación informativa, una capacidad de asombro. Como señalaría Hegel, la conciencia evoluciona dialecticamente: no se rompe, se transforma. Despertar exige dolor, crítica, y sobre todo, voluntad. Volver a preguntar, en lugar de repetir. Volver a mirar, en lugar de aceptar.
Conclusión
La ignorancia inducida por los medios es un espejo cultural que refleja nuestras prioridades, nuestras pasividades, nuestras urgencias. Pero también nos ofrece la oportunidad de una revolución silenciosa: pensar. No contra los medios, sino más allá de ellos. Porque cuando el saber se convierte en gesto, en encuentro, en creación colectiva, deja de ser mercancía y vuelve a ser libertad.
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