Cómo si fuese un destino
y guiado con infinita penumbra,
voy deambulando en la oscuridad,
forjando sin miedo la armadura
con la que combato esta miseria.
Solitario en esta oscura terraza,
frente a todos mis fracasos de ayer,
pongo en tela de juicio mi conducta
y como defensor mi cordura.
Pues, que me juzgue el pueblo
si así sus corazones lo desean.
En cuando estén convencidos
de vuestro dictamen y precisen
que no quedan alegatos que presentar,
los invito que bajo está tímida luz
vean con ojos puros el pecado
cometido por esta masa,
desde su indiferencia,
que nos lleva al matadero.
Luis NSUE MIA
@solo poesía.
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